ECUACIÓN DE VIDA

By María García Baranda - septiembre 18, 2013


Para todos aquellos que se bajan en marcha del tren de la vida; para quienes prefieren prender en la mano el eterno billete a ninguna parte; para los que se arrinconan en voluntaria ceguera de espaldas a la espinosa enredadera que es el mundo:

Que tres días, tres, son los que comprenden la existencia: el que nos alumbra, el que nos hace amar y el que nos borra en un soplo polvoriento.
Que de todos ellos el más largo es el segundo.
Que este puede vivirse de tres formas: caminando de puntillas sobre los dedos meñiques de los pies; manteniéndonos inertes sin movernos de la fija loseta; o sangrándonos por los giros infinitos de dos cuerpos bailando a un mismo ritmo.
Que en la clave de esa elección se encuentra: la aceptación de quiénes somos; perdonarnos por la culpa cometida; y ser fieles a nosotros mismos como la primera de nuestras obligaciones.

Mi elección ya se tomó hace tiempo. Nació del miedo, la valentía, los remordimientos, el instinto, la inseguridad, la claridad mental y el sonido de un latido que golpea sin perder ni un ápice de fuerza. Y es que… ¡mi vida es mía!

Y vosotros…, ¿qué escogéis?

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